Cuando una mujer esta contenta, toda relación cambia.
- El Camino del Yak

- 31 oct 2019
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Vivimos rodeados de relaciones humanas en conexión con otros a toda hora. Basta descubrir que el trato, la cercanía, la motivación, los estímulos positivos crean un eco fabuloso para manejar los encuentros y los climas relacionales de manera positiva, adecuada y humana.
Mi inteligencia emocional debe conducir a que “es mejor por las buenas”, que es inteligente ser positivo, no pelear, darle gusto al otro, ser delicado de palabra y de hecho para que las energías fluyan a mi alrededor. Y si mi inteligencia emocional sabe y acepta que la BIOQUIMICA cerebral es muy importante, definitiva y humana, eso hará que me comprometa a generar oxitocinas en las mujeres y ellas testosteronas en nosotros los hombres para organizar unas adecuadas relaciones afectivas en un mundo lleno de INADECUACIONES que nos hacen compartir esta tierra como extraños porque vivimos como un (poco interés por ver al otro). I don’t see you. (NO veo al otro, lo ignoro, poco interés, no te veo).
No es necesario estar enamorado para que todo salga bien, basta entender que todo es una ALQUIMIA de VITAMINAS, una MEZCLA exacta de interacciones provocadas por las oxitocinas y testosteronas que bien combinadas generan la bondad humana. Los cerebros de ambos son diferentes y necesitan variedad de químicos.
Hombre que desee vivir mejor, debe ayudar a la mujer a producir OXITOCINAS, para que la vida se deslice con sanidad. Preparar rituales con diversión, con tiempos para que ellas se “distensionen” y hagan lo que les gusta. Dejar por un rato las responsabilidades y los oficios que desesperan. Una mujer estresada, sin oxitocinas se queja mas de la cuenta, porque añade reclamos a la vida tan dura. Que ellas se reúnan con amigas para provocar la catarata de oxitocinas que entraran por su piel, para hacer mejor con mas ánimo y diligencia las tareas de la vida.
Muchas mujeres no saben lo que quieren de la vida, pero detectan cuando no están recibiendo proporcional a lo que dan y aportan. Sienten muy rápido el déficit de DAR, RECIBIR Y COMPARTIR.
Recibir flores o detalles recarga a las mujeres. Cualquier detalle bien personal insufla el corazón de ellas. Contestar una llamada semi-romántica ilumina la piel y ensancha el corazón. Una invitación a la calle incluida con teatro o cine recupera los cansancios. Un viaje fortalece la relación y aminora las quejas y reclamos, las peleas y las tensiones. Y no es “cuánto cuesta” el detalle sino las repeticiones con las que hacemos la frecuencia de los regalos. La constante es la clave. Las oxitocinas son por inundación.
Si en una reunión de hombres es tan importante escuchar los aplausos de los éxitos masculinos con mayor razón en una velada de mujeres, lo importante es cómo saltan las oxitocinas para hacer sentir bien el mundo femenino: cuánto se sienten AMADAS. Pero este tejido es a punta de detalles, regalos, llamadas, cercanías, tenidas en cuenta, y aplausos por la forma como ellas disponen del hogar.
Cuando un hombre conoce a una mujer se despierta un caudal de DOPAMINAS, esas vitaminas aceleran la testosterona para hacer cosas por la recién conocida y el cerebro y la sangre se llenan de SEROTONINAS. La mujer responde con una vida llena de oxitocinas y todo le parece fabuloso. Salta el romanticismo con los besos, los abrazos, el contacto piel a piel y el caudal de generosidades como respuestas al cerebro que está encandilado por la nueva luz que le alumbra.
A toda mujer le satisface que el hombre tenga PLANES. A los hombres nos anima mucho las mujeres con sonrisa satisfecha. Si a toda hora hay algún Plan, saltan las sonrisas y se acaban las quejas y el mal-humor.
Para que broten los planes los hombres necesitamos testosterona y para que haya sonrisas las mujeres deben producir oxitocinas.
La magia del amor es una continua tarea de producir estas hormonas de la BIOQUIMICA. Y es tarea mutua la de ayudar a producir estas vitaminas para que la vida sea mas fácil y duradera. Cuando una mujer realiza un cambio y el hombre lo advierte, se da cuenta, lo pronuncia hace que la mujer levante el ánimo con oxitocinas resplandecientes y eso encumbra la relación a alturas insospechadas. Porque, así como a un hombre le gusta que le aprecien los actos realizados con éxito, a las mujeres les satisface que las ALABEN.
Los hombres llenan el EGO, con actos realizados casi siempre solos. Las mujeres las colma todo lo hecho en equipo y cuando ellas lideran la acción. Mandar-organizar, insufla de oxitocinas. Recibir ayuda, es definitivo en las mujeres. Los hombres no gozamos mucho cuando recibimos ayudas externas.
Si una mujer no le pide al hombre lo que quiere, éste supone que ya está recibiendo lo que necesita. Y da mucha rabia después, la queja a destiempo. De ahí que son necesarias las peticiones claras, cortas, sinceras, sin manipulación y sin sacar nada en cara. Pedir en positivo, anunciar con afirmaciones, sin rodeos. Peticiones positivas, directas, sin hablar del pasado, ni recordar errores.
Por eso entender que los cerebros poseen una bioquímica diferente hará que haya comprensión entre los dos: ir de compras para la mujer genera oxitocinas, descubren nuevos mundos, se antojan con los ojos, decoran mentalmente, inventan amistades para llevarles regalos, se imaginan la vida armonizada de otra forma y eso las colma de vitaminas extras….los hombres nos cansamos y agotamos de testosteronas porque eso no nos llama la atención es “un período muerto de resolver-problemas” y el cerebro está quieto mientras el cuerpo esta desgastándose inútilmente. Como si el cuerpo arrastrara la vida sin objetivos y estos son extraños, son de ellas no míos.
Es importante saber este secreto: cuando un hombre está gozando o en diversión, el hemisferio derecho entra a funcionar al 100 por % y el izquierdo reposa, descansa, consigue testosteronas fundamentales. Un hemisferio descansa.
Cuando una mujer va de compras organiza los dos cerebros: con el derecho está generando oxitocinas y entra en derrotero de felicidad, pero con el izquierdo piensa-organiza-está activo-siente placer. Nunca descansa. Ambos hemisferios trabajan. De ahí que el respeto a los cerebros nos hace humanos y crea canales de AMOR, para aumentar la relación afectiva.
Hombre que acompañe con dignidad las compras de la mujer es pura generosidad y compañerismo. Todo lo demás es un sacrificio inútil y desgastante. Mujer que contemple a su pareja haciendo mecánica es por afecto; porque ella se agota-aburre en ese programa.
Ambos poseen sueños y fantasías diversos e incluso contrarios: ellas creen que al regresar a casa él, la estará esperando con caricias, ternura, abrazos y mimos, incluso con ayudarle a organizar el hogar. Además, trajo unas rosas. Que ellas nos van a respetar el SILENCIO de la cueva.
Nosotros creemos que nos tendrá la chimenea prendida, un trago servido, una música acorde con el reposo y unos pétalos señalando la cama para los abrazos en desnudez. Pero que no nos contará con detalles cómo fue el día y las preocupaciones que tenga del hogar no solo de cada inquilino sino de cada rincón. Eso nos aburre y no es necesario en estos momentos.
Las mujeres arrastran unas tareas ancestrales de cocinar-comprar-disponer-arreglar y alimentar a la humanidad. Lo importante era conservar el fuego, mantener el alimento caliente, y la tribu reunida. El cerebro se especializó en ordenar-crear-cuidar-armonizar-acoger.
Los hombres caminamos por la tierra alerta para la cacería, la pesca que nos marcó durante siglos desde el salto del paleolítico al neolítico cuando nos volvimos cazadores, pescadores, pastores de rebaños y buscadores de la leña caminando por los bosques y los valles.
Los cerebros masculinos organizan las realidades externas para solucionar problemas, inventar nuevos ángulos, investigar los cambios, y asomarse a nuevas perspectivas que son la antesala del progreso.
De modo que el estrés aumenta ante el choque de las perspectivas tan dispares, disimiles y en contravía. Los hombres no estamos preparados para ser pareja comunicativa, romántica, servicial y doméstica, aunque esa sea nuestra casa. Las mujeres no saben de un cerebro gastando con paciencia años enteros de investigación silenciosa y disciplinada sacando los misterios que la vida esconde. Ellas son prácticas y generosas, habladoras y comunicativas, afectivas y con necesidad de seguridades que no poseen.
Los dos cerebros tienen unas mismas fantasías: un hogar feliz, una pareja estable, unas tareas realizadas en equipo, unas caricias compartidas, unos hijos haciendo los sueños posibles, unos momentos de placer intenso que adornen los tiempos difíciles. Pero el camino no solo es tortuoso sino lleno de espinas que hacen que la rosa del final no alegre del todo y sean las quejas, reclamos, frustraciones y los dolores que tenemos que contarnos y los oídos no alcanzan a escuchar con afecto ni compasión.
Yo he ido creyendo que los fines de la vida en pareja se perdieron porque no apuntaban a las metas reales de la humanidad: vivir en pareja es acompañarse la soledad, compartir la cama y la desnudez para tranquilizar el cerebro reptil, llenarnos de afectos para calmar el deseo por las caricias tan necesarias para vivir, pero tan escasos por la educación tan vergonzosa que tenemos en torno al castigo y las represalias que nos inventamos. Y por la poca generosidad para darle el cuerpo al otro y acompañarlo. Preferimos dejarlo en soledad y que el busque entretenimientos extras.
Pero mientras sigamos tan estresados por la realidad y no pongamos ningún interés personal por querernos, acariciarnos, acompañarnos, y hacernos socios-cómplices en este caminar lleno de tareas responsables, pero con tan “poco recreo y ocios irresponsables”, la vida seguirá siendo caos familiar y de pareja. Sálvese quien pueda o quéjese y enferme todo el que sufra de soledad, rutinas, hastío y desorientación.
Fuera de ser distintos en la bioquímica cerebral y que el estrés en cada uno funciona diferente, los cuerpos tienen mecanismos diversos.
Ellas necesitan mas el oído, el escuchar, el que les hablen en secreto y les acaricien con palabras llenas de afecto para sentir la piel erizada. Nosotros los hombres somos eróticos y pornográficos para ver, para atisbar con los ojos la desnudez y todo lo que excita. Esos son los dos sentidos del cuerpo que mas necesitamos cada uno. Acompañados de las caricias con las manos y la piel toda; sabiendo que ustedes las mujeres son mas erógenas y acarician el cuerpo como si fuera de niño con ternura y nosotros con eroticidad y nos fijamos en los genitales antes que en otros sitios. Somos bruscos como para que, al tocar, podamos entrar de nuevo en el útero materno que nos cobijó y donde sentimos el solaz y el des-estrés mas profundo porque es parecido a lo intrauterino.
El cuerpo nuestro necesita lo escondido y lo uterino, ustedes lo extraordinario y hacia afuera. Ustedes acogen, albergan reciben, son deposito, necesitan esperar, son nido protector, transforman en el interior porque son hacia adentro. Necesitan recibir.
Nosotros los hombres somos hacia afuera, somos semen que sale y penetra, somos dadores. Competitivos para poder lanzar los espermatozoides y que ellos como nosotros compitan y solo el primero gane. Ustedes son receptoras y nosotros donantes. Cada uno aporta singularidades propias para que la vida se dibuje y organice con energías diferentes como todo en la Naturaleza y la Vida que es una policromía de diferencias como una orquesta, pero todo apunta a la misma melodía, a la misma sinfonía. Nosotros los hombres como si aportáramos las notas musicales y ustedes las mujeres los silencios, tan claves para que suene la música con todas las escalas y armonías.
Los hombres solo podemos hacer una sola cosa, nos concentramos fácil para resolver un problema. Los cerebros femeninos disponen de un cerebro con amplio sentido de la acción y pueden atender muchas cosas al tiempo y poco se les olvida la realidad en la que están inmersas. Los cerebros masculinos tienen menos tejido conjuntivo que el femenino. La sangre masculina solo irriga la parte del cerebro que está usando… en cambio el femenino irriga todo. Una mujer estresada gasta mas energía y se agota mucho porque habla y se dispersa.
Es muy importante que las mujeres sigan siendo las guardianas del amor, de la seguridad, de los afectos, de la ternura, del detalle y de ordenar el hogar con esa sabiduría emocional que todo lo transforma. Son ellas las que nos recuerdan lo IMPORTANTE QUE ES LA VIDA.
Nosotros los hombres aportamos los fines y objetivos para realizar con determinación apoyadas por todo el afecto femenino.
Hay una inteligencia sexual: que involucra aprender a conocer todas las diferencias de cuerpos, necesidades, cerebros, comportamientos, las complementariedades del yin y el yang. Aprender a soltar la generosidad para entregar el cuerpo al compañero. A vivir agradecido por todo lo recibido y vivido. Es honrar al otro por distinto y asombrarnos por las diferencias. ¡Nos necesitamos mutuamente!
Basta que de los 10 roles tenga alguno que otro para ser importante, todos sufrimos fracaso y frustraciones, dolores y heridas en la vida, todos somos inválidos caminando por el sendero de la tierra. De modo que nadie puede apropiarse que es mejor que el otro, que es mas exitoso, que las cosas le salen mejor. Querer al otro es señal de generosidad, por lo tanto, mas humano y de mejor calidad de vida. No hay mas manera de vivir porque el mundo se nos antoja agresivo, desordenado, injusto, feo y des-armónico como para no vivir dando un poco de amor-detalles y afectos. Frase fabulosa de Bernard Lonergan.
Necesitar al otro no es debilidad…es una sensación humana importante. Quien cree que no necesita al otro, es un prepotente y desalmado. Duro y peleador de la vida sin ningún sentido constructor. Egoísta y encerrado. Trabajar en equipo a los hombres los estresa y en la mujer hay relax. Cuando un hombre compite, siente que controla la vida y eso lo relaja. Para nosotros cooperar nos debilita. Las mujeres necesitan el equipo, pero ellas liderarlo y mandar. Ellas necesitan comunicarse…hablar…aunque sepan que no las escuchan, pero hablar, ya llena un poco el déficit de oxitocinas.
Hay que tener en cuenta que entramos con la edad en menopausias dolorosas y andropausias tenaces y que generan mucho miedo lleno de inconvenientes. Porque las mujeres se vuelven irritables y muy difíciles de satisfacer. Nosotros los hombres entramos en depresión y muy frágiles de salud y llenos de miedo.
Por los 40 años ya tenemos solo el 70 % de testosteronas y a los 70 años estamos con el 90 % de pérdida. Las mujeres hacia los 60 se les disminuyen las oxitocinas.
El cortisol es el veneno que impide conseguir testosterona y oxitócinas en ambos. Porque además las glándulas suprarrenales se agotan y baja la producción de los elementos de la bio-química que ensambla los cerebros. Los ovarios dejan de producir ESTROGENOS, y esto afecta todos los estados de ánimo y la capacidad de crear. Sentimientos de abandono, agotamiento, agobiada por las tareas y quehaceres. Sufre sofocos, sudoración nocturna, incremento del peso, cambios repentinos de estabilidad y desequilibrios muy molestos. Arrugas, ansiedad, ataques de pánico-miedo, dolores óseos, aumento de presión arterial, poca energía, palpitaciones, aturdimiento, mareos, migrañas, bajas o saltos de temperatura. Dolores articulares y musculares. Aumento del vello facial, labio superior y barbilla, incontinencia urinaria.
En andropausia hay disminución de libido, insomnio, aumento de peso, poca energía, irritabilidad, confusión mental, depresión, desgana, mala memoria. Se agranda la próstata, disfunción eréctil, congestión hepática, pérdida de masa muscular, problemas cardio-vasculares. Ansiedades, pero con todo el recuerdo de las frustraciones y arrepentimientos por todas las pérdidas. La conciencia remordiendo sin descanso.
En las culturas indígenas, es curioso debido al respeto que tienen los dos sexos, y como aceptan la diferencia viven no solo menos estresados sino en una mejor convivencia y no pelean. Ellos viven desde la profundidad que están en este mundo para complementarse las tareas, la originalidad de los cerebros como diferentes y las tareas sociales de cada uno como diversas y que los cuerpos son distintos pero el uno es para el otro, sin competir ni castigarse. Ellas acogen-reciben-procesan-transforman la vida…y nosotros damos-expulsamos-somos acogidos, donamos y nos toca la vida desde afuera.
Uno de los planes de ambos es aprender a ALIMENTARSE. Ya pasaron las épocas de comer de todo con tal de satisfacer el estómago, los gustos y la gula. A estas alturas de la vida es muy importante descubrir que al cuerpo no se le echa cualquier cosa sino calidad de NUTRIENTES.
Disminuir el azúcar en la sangre. Consumir aminoácidos, vitamina B. Desintoxicar el cuerpo con frecuencia. Desayunar con algún superalimento: (agua, sal marina, aloe-vera, limón, enzimas vegetales, probióticos de yogur. Frutas frescas, almendras, semillas de cacao, aceite de coco, stevia, melaza, te verde, orotato de litio.
Placer de dar, compartir, recibir, acariciar y generar emociones en la cama con la piel cómplice y que invite al regalo del cuerpo. “Hacer-vivir el amor con quien se quiere y se siente bien es la oportunidad máxima para llenar el tanque de los 2 combustibles vitales para hombre Testosterona y en las mujeres Oxitocinas.
Durante el ritual íntimo de la cama la vela encendida, los olores excitantes, hacer un Plan, añadir otro tipo de placer fuera del contacto piel-a-piel. Música. Masajes y relax en el agua si se puede. Tiempo, mucho tiempo. Generosidad y mucha disposición para compartir las pieles pasajeras, pero haciéndolas cercanas, cómplices y cálidas posibles. Recorrer los cuerpos con toda la alegría del momento.
Cuando ha habido algún evento de cáncer o cardio-vascular es necesario cambiar muchas rutinas de la vida y aprender a ser mas relajado, lento y amoroso con la vida. Aprender a vivir despacio y con otro sabor de vida.
Noviembre 12, 13 y 17 2.014



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